Localidad: Redecilla del Campo

Este edificio, ahora reconvertido en lugar de encuentro, cobijaba en tiempos pasados el horno del pueblo a un lado (que hemos conservado tal y como era) y el potro de herrar, que estaba situado en la actual entrada al edificio.

El Horno

En su día, todas las mujeres del pueblo hacían el pan en este horno, para lo cual, establecían turnos. Se hacía pan con harina de trigo y también de centeno. Hacían pan una o dos veces por semana. El pan más común era la “hogaza”.

Para prepararlo, cada día una mujer se encargaba de encender el horno. Mezclaban agua y sal gorda para preparar la salmuera, después colocaban la harina sobre una mesa y se juntaba todo con un poco de levadura casera hasta que la mezcla se unía. Se amasaba, se daba la forma del pan, se dibujaba la cruz en la hogaza y se metía al horno a cocer.

 

 

 

El Potro de herrar

Nuestros abuelos acudían al potro cada vez que tenían que cambiar las herraduras a los animales. Para ello, a menudo, se ayudaban unos a otros.

Se trata de una estructura que sirve para sujetar los caballos, burros o incluso vacas y bueyes para facilitar que se los pueda herrar (poner herraduras) o poder curarlos cuando estaban enfermos.

La herradura se aseguraba a la pezuña clavándola con cuatro clavos, mientras otro del pueblo sujetaba e intentaba tranquilizar al animal.